En Le-Puy-en-Velay sentímonos xa cerca de casa, esta é a gran diferencia entre nós e gran maioría dos camiñantes que escollen esta cidade como punto de inicio ou de paso do seu camiño.
Nun paseo por Le Puy un pode ver conchiñas de vieira por todas partes, restaurantes con nomes como St-Jacques, Compostelle ou Pelerin, mercar todo o necesario para ter unha boa ruta, a saber caxato de madeira (15€), vieira (9€) e libro de Paolo Coelho; informarse das distancias a Santiago (e digo distancias porque é raro que coincidisen nalgún cartel), contratar porteadores…
O primeiro día de camiñata tras Le Puy atopamos ao primeiro personaxe do Camiño, o tipo que indica cal é a ruta de verdade, a histórica, a relixiosa, a “máis mellor” e non esa outra que lle din GR 65 pensada para pasar por bares e tendas. Fixémoslle caso e non nos foi tan mal.
Outra cousa que descubrimos do GR 65 é que non está moi ben pensado para os carros dos que turramos. Nestas estabamos cando, tras unha curva, aparecéronsenos outros personaxes do camiño: os ponchos. Dentro dos ponchos había pelegríns.
A noite pasámola nunha parada de autobús e antes de ir durmir fomos botar un té quentiño nun bar. Aquí tivemos a primeira conversa sobre o significado do camiño. Tamén lle tomamos unha cervexiña.
Un día de neve (de moita neve), de vento (de moito vento), e un albergue quentiño, serviron como combinación para pasar a nosa primeira noite nun albergue de pelegríns que deu lugar a que nos puxeran o primeiro selo. Tras 5000 quilómetros, ¡manda truco! Alí dentro moitos máis pelegríns e camiñantes, preguntas dos porqués e dos ondes. Sobra dicir que somos os que vimos de máis lonxe e que somos os únicos que facemos isto pola fama e a gloria.
Ao día seguinte, entre a neve e o sinuoso percorrido de GR 65, convencémonos de que era o momento de nos desfacer dos carros. Grandes compañeiros de viaxe nestes últimos tempos seguindo os carrís bici de Alemaña e Suíza, pero que estaban a dar xa moitos problemas por estas corredoiras nas que andamos. Aproveitando a situación desfixémonos de tenda, cociña e todo canto peso extra atopamos na equipaxe. A partir de agora tiraremos de albergues e non de carriños.
In Le-Puy-en-Velay we feel already close to home, and this is the main difference between us and the rest of the pilgrims who choose this city as a starting point on their Way.
If you take a walk around Le Puy, you will see scallop shells everywhere, restaurants named St-Jacques, Compostelle or Pellerin, you can buy anything you need for a good pilgrimage, i.e. walking stick (€15), scallop shell (€9), and Paolo Coelho book; get information about the distances to Santiago (and I say “distances” because they were different on every sign), hire porters…
When we started walking after leaving Le Puy, we came across the first way’s character, the guy who shows you which way is the ‘real’ one, the historical one, the religious one, the ‘most better’, and not that other one they call GR 65, which will only lead you through bars and shops. We followed his advice, and it didn’t go bad.
Another thing we found out about GR 65 is that it wasn’t built thinking about the carts we pull. We were thinking about that when two other way’s characters appeared: the ponchos. Inside the ponchos, there were pilgrims.
We spent the night on a bus stop, and just before going to sleep we went to drink a hot tea in a bar. Here’s where we had the first conversation about the way’s meaning. And we also treated ourselves to a beer.
A snowy (really snowy), windy (really windy) day, and a warm hostel were combinated to make us spend our first night at a pilgrim’s hostel, which resulted on us getting our very first stamp. After 5,000 kilometres, mind you! Inside there, many other pilgrims and walkers, questions about the why’s and where’s. Needless to say, we are the ones coming from a further place and the only ones doing it only for fame and glory’s sake.
The next day, the snow and the winding way convinced us to get rid of our beloved carts. Great travel companyons when you are in Germany or Switzerland following their bike paths, but not so confortable at the GR 65. And to make for the post expenses, we also got rid of the tent, and any extra weights we found in our luggage. From now one we will use hostels and not carts.
En Le-Puy-en-Velay nos sentimos ya cerca de casa, esta es la gran diferencia entre nosotros y la gran mayoría de los caminantes que escogen esta ciudad como punto de inicio o de paso en su camino.
De paseo por Le Puy uno puede ver conchitas de vieira por todas partes, restaurantes con nombres como St-Jacques, Compostelle o Pellerin, comprar todo lo necesario para tener una buena ruta, a saber bastón de madera (15€), vieira (9€), y libro de Paolo Coelho; informarse de las distancias a Santiago (y digo distancias porque es raro que coincidiesen en algún cartel), contratar porteadores…
El primer día de caminata tras Le Puy nos encontramos al primer personaje del camino, el tipo que te indica qué ruta es la de verdad, la histórica, la religiosa, la “más mejor”, y no esa otra a la que le dicen GR 65 pensada para pasar por bares y tiendas. Le hicimos caso y no nos fue tan mal.
Otra cosa que descubrimos del GR 65 es que no está muy bien pensado para los carros de los que tiramos. En esto estábamos cuando, tras una curva, se nos aparecieron otros personajes del camino: los ponchos. Dentro de los ponchos había peregrinos.
La noche la pasamos en una parada de autobús y antes de ir a dormir fuimos a tomar un té calentito a un bar. Aquí tuvimos la primera conversación sobre el significado del camino. También tomamos una cervecita.
Un día de nieve (de mucha nieve), de viento (de mucho viento), y un albergue calentito, sirvieron como combinación para pasar nuestra primera noche en un albergue de peregrinos que dio lugar a que nos pusieran el primer sello. Después de 5.000 quilómetros, ¡hay que ver! Allí dentro muchos más peregrinos y caminantes, preguntas de los porqués y los dónde. Sobra decir que somos los que venimos de más lejos y que somos los únicos que hacemos esto por la fama y la gloria.
Al día siguiente, entre la nieve y el sinuoso recorrido de GR 65, nos convencimos de que era el momento de deshacernos de los carros. Grandes compañeros de viaje en estos últimos tiempos siguiendo los carriles bici de Alemania y Suiza, pero que estaban dando ya muchos problemas por estos caminos por los que andamos. Aprovechando la situación, nos deshicimos de tienda, cocina, y todos los pesos extra que encontramos en el equipaje. A partir de ahora tiraremos de albergues y no de carritos.
wow!! You guys are truly funny! I am giggling here and imaging you two sipping your beer while orthers are excited of their holy experience! Hahahahhahaha.
And I am so happy that you can now sleep in real beds. Gos, thats what you really deserve! And more beer. Estrella Galicia.
Buena historia, y un buen cuento/recuerdo para el futuro.
Feliz cumpleaños Andrés , no me podía olvidar de vosotros,se me encoge el corazón al leer vuestro relato, tantas historias para un camino donde se cruzan tantas vidas, todas son interesantes y muchas para escribir un libro como el de Paolo Coelho.Pero vosotros nos escogisteis a nosotros para vuestra ruta, nunca os olvidaré, esa es la gran diferencia. Bicos